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lunes, septiembre 11, 2006

El Resplandor



Ejecutiva agresiva

No he pensado nunca que necesite un especialista que me ayude a corregir comportamientos tales como ataques de agresividad, ansiedad y demás síntomas relacionados con el llamado síndrome premenopáusico, que poco tiene que ver conmigo. Tengo una capacidad de autocontrol en estos casos que no me asombra, pero que a más de un@ puede que sí. Sin embargo, podría reconsiderar la idea de habilitar una zona de “lanzamiento-de-cerditos-de-yeso-con-un-agujero-en-el-lomo-contra-la-pared” cerca de mi habitación.
Como he mencionado en otros posts soy el pasotismo en persona, pero los pequeños brotes de agresividad manan del pensamiento, así que si no pensara tanto sería una piedra. La agresividad es como la sal, en pequeñas dosis puede llegar a ser beneficiosa, pero en exceso puede provocarte lo que llamamos patatús, ese estado indefinido que ocurre por múltiples e igualmente indefinidas razones, según nuestros mayores. Y hablando de sales, es la sal de la vida (¿o no?).
Tengo lo que se llama “El Resplandor”. También he llegado a la conclusión de que no soy agresiva, sólo tengo algunos asuntos pendientes, ja ja ja ja ja (risa malvada). Pensándolo bien, creo que debería concertar una cita con el Doctor B.

Rach

domingo, septiembre 10, 2006

Pink Fever (o PACR)



La guerra de los sexos

El ultraconocido espécimen de macho ibérico se encuentra en vías de extinción. Se debe a un fenómeno conocido como metrosexualización, que ha evolucionado con rapidez a un término superior que roza lo sofisticado llamado übersexualización (pareado y todo). Empezaron con los pendientes, para continuar con la depilación, acaparando las horas libres de los centros de belleza para cera general ¬¬. Por si fuera poco, algunos incluso llevan las cejas más (lo cual no siempre quiere decir mejor) depiladas que yo, aunque últimamente no sea algo muy difícil de lograr (.¬¬). Tintes, cremas, mascarillas... Pero esto no queda aquí: le siguieron las camisas rosas, e incluso con escote en pico (¡!) o todo a la vez, y además, pegaditas. Y es que no podemos permitirlo, vemos unos tenis rosas en la tienda de deportes, y, acto seguido y si nos fijamos con atención, podremos comprobar que varios chicos que rondan la sección de deportivas los llevan a juego con camisa y gorra, ambas rosas, y bermudas con estampados rosas o similar. Hasta cholas rosas. Y porque el rosa en coches no es algo muy usual, que si no... Supongo que todo esto es una “rosa” venganza por llevar los pantalones, tanto en sentido figurado como literalmente, desde hace aproximadamente unos 60 años (¿?) y porque el 70% de las tiendas de los centros comerciales venden ropa para tías, y dentro de ese 70 %, cada tienda destina un mísero 10, 20% a la sección masculina. Pero aunque a lo que más importancia se le da es a la primera impresión, y dado que vivimos una continua lucha por la igualdad entre sexos, supongo que no ha de importarme que algún día mi hermano me pida algo de ropa. Y la verdad es que no me importa, allá él. ( ;oD )

PD: Y cuidado de no acabar como el simpático gordito del vídeo y sus más aún si cabe estúpidos seguidores e imitadores, por si alguien no lo conocía.
PD: Las PD son inservibles, no las uses.

Rach